Investigadores de la Universidad Técnica Particular de Loja, en Ecuador, exploran el uso de microorganismos para producir combustible limpio y renovable. A partir de esta planta, las bacterias lo generan mediante el proceso de fermentación oscura.
A medida que se expande la inteligencia artificial en cada rincón de nuestras vidas, un cliché se consolida: el de representar visualmente estos sistemas como robots humanoides blancos, cerebros destellantes o con referencias a la ciencia ficción. Un grupo cada vez mayor de especialistas se opone a esta iconografía cargada de sesgos históricos sobre género, etnia y religión que genera expectativas poco realistas y enmascara los efectos sociales de estas tecnologías.