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A unos 55 años luz, telescopios de Canarias y otras partes del mundo han observado SPECULOOS-3 b, un mundo que completa su órbita en torno a su pequeña estrella en menos de un día. Los científicos piensan que está bloqueado por las mareas, con un lado diurno y otro nocturno siempre fijos.
El abrasador planeta gemelo de la Tierra está seco. Además de las altísimas temperaturas que evaporaron sus recursos hídricos, las simulaciones por ordenador apuntan a otro culpable: el ion HCO+, del que pueden salir disparados hacia el espacio los átomos de hidrogeno, uno de los dos componentes del H2O. Futuras misiones al ‘lucero del alba’ podrían confirmarlo.
En la cima del cerro Chajnantor, a 5640 metros de altitud, el Observatorio Atacama de la Universidad de Tokio (TAO) pretende desvelar los orígenes de planetas, estrellas primordiales y galaxias con nuevos instrumentos infrarrojos.
La misión Integral de la ESA ha detectado una explosión de rayos gamma procedente de la galaxia M82 y, con la ayuda de otros telescopios espaciales y terrestres, se ha confirmado su origen: el estallido de una joven estrella de neutrones con un campo magnético excepcionalmente intenso.
La luna Io de Júpiter tiene gran actividad volcánica desde hace 4500 millones de años. Así lo revela la proporción de isótopos de azufre y cloro en su atmósfera.
El extraño "bamboleo" que provoca en una estrella compañera ha permitido a la misión Gaia de la Agencia Espacial Europea detectar el agujero negro BH3. Con telescopios terrestres como el VLT se ha podido confirmar su masa: unas 33 veces la del Sol.
Más ligero que un agujero negro, pero más pesado que una estrella de neutrones. Así es el misterioso objeto que se ha fusionado con una de estas estrellas, según la onda gravitacional registrada por los detectores de la colaboración LIGO-Virgo-KAGRA, en la que participa la Universidad de las Islas Baleares. El anuncio coincide con la reanudación de las operaciones de detección de este equipo internacional.
Las rocas primordiales ricas en titanio cerca de la superficie lunar y las anomalías gravitatorias detectadas por la misión GRAIL de la NASA demuestran el vuelco que experimentó nuestro satélite hace más de 4200 millones de años. Así lo revelan el estudio y las simulaciones realizadas por científicos de EE UU y China.